Tierra de contrastes: salar de Uyuni

El salar de Uyuni está catalogado como el mayor desierto de sal del mundo con una extensión total de 12000 Km² y una altura promedio de 3650 m.s.n.m.; se encuentra al sur del departamento de Potosí a 170Km de la capital y cada año es visitada por más de 60000 turistas de diferentes partes del mundo.

En tiempo húmedo el salar se cubre con una capa de agua que hace las veces de espejo

Existen muchas formas de llegar hasta aquí: por tren hasta Uyuni, en minibuses y buses por la carretera, o en avión mediante la empresa Aerosur desde las ciudades de Cochabamba y Santa Cruz.

El viaje puede llegar a durar 7 horas desde La Paz, dependiendo si es o no época de lluvias, aunque también se puede llegar a Uyuni desde Villazón en los cuales se observan paisajes inolvidables donde incluso algunos de ellos parecen traídos de otro planeta. Una vez en el pueblo de Uyuni, vendedores de paquetes turísticos se acercan a uno ofreciendo los mismos desde Bs. 150 hasta los Bs. 850 dependiendo la cantidad de días y el número de atracciones que se quiere visitar. Los paquetes pueden incluir alojamiento, alimentación, traslado al salar y a áreas próximas, entrada a la isla del pescado o Incahuasi-que se encuentra en medio del salar donde crecen cactus de incluso 10 metros de altura- e incluso souvenirs. 

El hospedaje puede realizarse en el Hotel de sal que se encuentra hecho de sal casi en su totalidad. Una vez comprado el paquete, generalmente se visita el cementerio de trenes que se encuentra a pocos pasos de Uyuni, en este lugar se pueden observar los primeros trenes que llegaron a Bolivia y fueron utilizados para transportar mineral hasta puertos extranjeros en Chile y Perú. También es común visitar Colchani, un pueblo a orillas del salar, que utiliza bloques de sal para realizar sus casas; en este sector se puede aprender el proceso de extracción de la sal en forma de pequeños conos que se pierden en la inmensidad de este desierto.

Un poco más alejado se encuentra el volcán Tunupa donde viven llamas, alpacas y otros camélidos, además en el camino se pueden ver flamencos de diferentes tamaños y colores. Ya en las faldas  del volcán existen momias muy bien conservadas que son la atracción principal de este lugar. En este lugar existen restaurantes rústicos donde se puede almorzar o comer algo liviano.

Es recomendable viajar entre abril y octubre para poder realizar caminatas, paseos en bicicleta, observación de animales y otros debido a que en los demás meses el salar se vuelve un espejo de agua donde se pueden realizar otro tipo de actividades. Se debe llevar lentes de sol oscuros que cubran la totalidad de los ojos para evitar problemas con el polvo y la sal, gorro o sombrero, bloqueador solar, crema humectante, guantes, chamarra abrigada, algún mecanismo de posicionamiento (si se puede), pastillas para la altura si fuera el caso y por supuesto una cámara fotográfica.